Aquellos días donde las familias venezolanas se podían dar el lujo de llenar el carrito del mercado con cuanta cosa se encontraran en el anaquel, quedaron en el pasado, quizás un pequeño grupo de la sociedad es la que actualmente puede mantener ese ritmo de vida.
Hoy en día, las compras no suelen ser llevadas a cabo solamente por el sexo femenino, el hombre también ha tenido que asumir dicha responsabilidad por la simple necesidad de que todos en la casa deben trabajar y ser responsables de las diferentes tareas del hogar.
El venezolano es un luchador nato, y con el pasar de los días esta aprendiendo a ser emprendedor en todas sus facetas, para poder progresar en un país donde la inflación consume nuestras quincenas sin ni siquiera haberlas cobrado.
Esto ha creado la necesidad de programar sus compras, es decir, ya no se va al mercado a comprar lo que uno encuentre o a complacer algún antojo (Aunque esto suele compensarse de vez en cuando).
Antes se planificaba el mercado una vez al mes, ahora se ha venido reduciendo de forma quincenal para las familias con mayor poder adquisitivo y para el grueso de la población venezolana a realizar sus compras semanales, es decir, programan según el bolsillo lo que van a comer durante la semana.
Más allá de todas estas implicaciones económicas que han provocado que el venezolano se adapte a una nueva forma de vida, donde el lujo queda en un segundo plano, esto ha fortalecido la capacidad mental para prepararse a una crisis económica más acentuada.
A pesar de la adversidad, la tarea que debemos tener cada uno de nosotros es buscar la optimización de las compras del hogar, sin abandonar los lujos que debemos compensarnos por nuestro esfuerzo y firmeza ante las crisis.
El venezolano es sinónimo de adaptación
Daniel Nava
20/02/2010
Especialista en la Investigación de Mercado
